El verano también es tiempo de Ruta del Jabugo
Durante el verano, el microclima especial de nuestra Sierra se caracteriza por días de altas temperaturas, propias de la época estival, y por tardes y noches frescas y agradables. El equilibrio entre ambas produce la magia para que, junto con la paciencia y la espera del maestro jamonero, se elabore el jamón amparado por la DOP Jabugo.
En los secaderos, las piezas elegidas, de aquellos cerdos que vivieron la montanera pasada en la dehesa, viven la etapa más intensa de todo su proceso de curación en la que el sudado y la maduración de las mismas, al ritmo que marca el microclima, el conocimiento transmitido por generaciones y la ausencia de prisas…
En verano, los cerdos 100% ibéricos que disfrutarán de la próxima montanera, aprovechan la rastrojera de las dehesas, son atletas supervivientes ejercitándose y preparándose para el momento en el que las encinas, los alcornoques y quejigos, ya en otoño, les ofrezcan sus frutos, las bellotas.
Las dehesas se acicalan durante el verano para que todo esté listo para la próxima estación. Arduos trabajos de mantenimiento cuya clave principal y esencial es el equilibrio. En la dehesa comienza la historia y de una manera casi cíclica se va lo que al año siguiente vuelve, con nuevos frutos, nuevos cerdos y nuevas ilusiones de ganaderos y maestros jamoneros.
En las bodegas el tiempo está detenido, es momento de calma, equilibrio de temperatura y humedad, como toda la vida, de forma natural. Aquí la madurez marca su ritmo, supervisado por los expertos, pero las piezas son las que dictan el ritmo. Hay que saber esperar.
La Ruta del Jabugo es disfrutable en todas las épocas del año. Cada una tiene su encanto y su peculiaridad.
Os invitamos a descubrirla de una forma saludable y conscientes de la suerte de poder disfrutar de un tesoro natural que va más allá de un ecosistema. La sabiduría de generaciones se puede degustar y se puede sentir.
Nuestras experiencias os esperan.
¡Bienvenidos!